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El Gobierno de Trump tomó medidas contra China debido a la frustración en las negociaciones comerciales, dicen funcionarios

Por Kylie Atwood, Kevin Liptak y Phil Mattingly, CNN

La oleada de medidas punitivas tomadas contra China por parte de la administración Trump en los últimos días fue motivada por la creencia, entre funcionarios estadounidenses, de que China no cumplió los compromisos asumidos en las negociaciones comerciales a principios de este mes, dijeron tres funcionarios de la administración a CNN.

Esta semana, la administración tomó medidas para revocar visas a estudiantes chinos y suspender la venta de tecnología crítica a empresas chinas.

Los funcionarios expresaron su frustración porque China no cumplió con los compromisos que debían reducir el conflicto comercial entre ambos países, mientras buscan un acuerdo general para mediados de agosto.

La disputa subraya la relación altamente tensa entre las dos economías más grandes del mundo. Aunque ambas partes salieron de las conversaciones en Suiza con el acuerdo de reducir los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, la brecha parece ampliarse en torno a las cadenas de suministro que cada nación considera críticas para su seguridad nacional.

Después de las conversaciones en Ginebra este mes –la primera reunión sustancial sobre comercio desde que Trump impuso los aranceles–, los funcionarios estadounidenses esperaban que China aliviara las restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, que son una parte esencial de todo, desde iPhones y vehículos eléctricos hasta armas de gran precio, como los aviones de combate F-35 y los sistemas de misiles.

Sin embargo, las restricciones no se han levantado, lo que ha causado un intenso descontento dentro de la administración Trump y ha motivado la reciente serie de medidas impuestas a China, dijeron los tres funcionarios.

Las decisiones en Washington de limitar la venta de tecnología crítica a China y restringir el número de estudiantes chinos en EE.UU. revelan qué tan central es la guerra comercial en la política exterior general de la administración hacia China.

Es una “estrategia unificada de la administración”, dijo un alto funcionario al describir la conexión entre las medidas.

Las acciones tomadas en la última semana tendrán un impacto significativo en las empresas tecnológicas chinas y en los estudiantes.

El Financial Times informó el miércoles que Trump prohibió a algunas empresas estadounidenses vender a China software utilizado para el diseño de semiconductores. Un portavoz de Siemens declaró posteriormente a CNN que el Gobierno estadounidense informó el viernes a la industria sobre los nuevos controles de exportación de software de diseño de chips a China y a los usuarios militares chinos a nivel mundial.

Pocos días después, el secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que el Gobierno de Trump “revocará agresivamente visas para estudiantes chinos”, incluidos aquellos con vínculos con el Partido Comunista Chino o que estudian en campos críticos.

“El primer día, el presidente firmó un decreto que instruye al secretario de Estado a reforzar la revisión y evaluación federal de extranjeros que ingresan a Estados Unidos, incluidos los titulares de visas. El secretario tomó esta decisión como parte del esfuerzo continuo de la administración para proteger nuestro país del espionaje y otras acciones hostiles”, dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, a quien Trump designó para liderar las negociaciones y la relación bilateral, ha destacado la importancia del proceso que las conversaciones de Ginebra establecieron para las negociaciones en los próximos meses.

No obstante, ha subrayado el valor del “mecanismo” creado entre EE.UU. y China para evitar futuras escaladas que puedan descarrilar las conversaciones o cualquier resultado eventual.

Bessent, quien encabezó las conversaciones de Ginebra junto al representante comercial Jamieson Greer, ha mantenido el enfoque en una relación funcional y ha dicho que probablemente habrá una segunda reunión presencial entre ambas partes. Sin embargo, también ha dejado claro que EE.UU. no planea frenar ni detener el esfuerzo estratégico de desvincularse de China en cadenas de suministro consideradas críticas para la seguridad nacional.

“Diría que las conversaciones están algo estancadas”, dijo Bessent sobre las negociaciones con China este jueves en Fox News. “Creo que tendremos más conversaciones con ellos en las próximas semanas. Y creo que en algún momento podríamos tener una llamada entre el presidente y el presidente del partido, Xi (Jinping)”.

“Creo que, dada la magnitud y la complejidad de las conversaciones, esto requerirá que ambos líderes intervengan directamente”, añadió Bessent.

La creciente preocupación dentro del Gobierno antes de las conversaciones por los movimientos de China para cortar el acceso a minerales raros generó un esfuerzo interno de gran alcance para encontrar alternativas, dijeron los funcionarios.

Ese esfuerzo, que incluyó a funcionarios de varias agencias y de la Casa Blanca, no se detuvo tras las negociaciones y sigue siendo una prioridad. Pero se pensaba que la presión inmediata disminuiría como resultado del acuerdo reflejado en la declaración conjunta. Al no ocurrir eso, EE.UU. comenzó a considerar formas de imponer costos a China.

Funcionarios estadounidenses dijeron que no les preocupa que este doble golpe descarrile el futuro de las negociaciones comerciales. En cambio, buscan dejar claro que no participar efectivamente en las conversaciones tendrá consecuencias para el país.

“Es claramente una escalada. Pero si observas lo que hace Trump cuando cree que está cerca de asegurar un acuerdo y aún no lo logra, intenta elevar la retórica. Piensan que una retórica y acciones más fuertes acelerarán el acuerdo”, dijo una persona cercana a la Casa Blanca.

Hubo señales de que Beijing fue tomado por sorpresa inicialmente con el anuncio sobre las visas. Durante gran parte de este jueves, los medios estatales chinos permanecieron en gran medida en silencio sobre la noticia, que afectará significativamente el destino de cientos de miles de estudiantes chinos.

Luego, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China calificó la medida como “motivada políticamente y discriminatoria”.

Cualquier camino hacia la estabilización de la relación en todos los ámbitos sigue siendo incierto.

“El acuerdo de Ginebra fue un primer paso importante para asegurar un acuerdo comercial final y completo con China”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, en un comunicado. “Las discusiones continúan y la administración está monitoreando el cumplimiento del acuerdo”.

No está claro cuándo se llevará a cabo la próxima ronda de negociaciones comerciales entre EE.UU. y China. Y a pesar de que durante semanas se ha dicho que Trump hablaría pronto con el presidente Xi Jinping, hasta ahora ambos líderes no han conversado en medio del conflicto comercial.

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