“Como si hubiera vuelto de entre los muertos”: la difícil recuperación de un estadounidense que estuvo preso en Venezuela
Por Anabella Gonzalez y Maria Santana, CNN en Español
Es apenas la segunda vez que David Estrella sale de su casa en Nueva Jersey en más de dos meses. Desde que fue liberado a finales de enero de la prisión de alta seguridad Rodeo I de Venezuela, después de estar encerrado allí durante casi cinco meses, dice que se siente más seguro cuando está entre cuatro paredes.
Estrella fue detenido el 9 de septiembre de 2024 en la frontera de Cúcuta, Colombia, con Venezuela, al intentar ingresar al país. Cuenta a CNN que iba a visitar amigos, pero las autoridades venezolanas lo detuvieron -junto a otros extranjeros y sin presentar pruebas- por un supuesto “plan contra Venezuela” y un presunto complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro. Él asegura que es inocente de esas acusaciones y que nunca compareció ante un juez o fue acusado formalmente.
Nacido en Nueva York y padre de cinco hijos, Estrella, de 64 años, tiene doble ciudadanía: ecuatoriana y estadounidense. Dice que durante una parte del año vive en Ecuador y el resto en Estados Unidos. Tiene amigos en Venezuela y cuando lo invitaron decidió viajar a visitarlos. Ya había estado seis días allí en 2022.
La odisea comenzó cuando tomó un taxi desde Cúcuta hacia Venezuela para intentar ingresar al país. “Tú entregas sin bajar del auto tu pasaporte y ellos te lo estampan y sigues hacia el aeropuerto para coger un vuelo a Caracas”, dice sobre lo que sería un procedimiento regular.
Pero cuando estaban por sellar su pasaporte, dice, vieron que había nacido en Nueva York y le comunicaron que había que continuar el proceso con una entrevista. Le pidieron que descendiera del taxi y siguiera las indicaciones. Asegura que accedió sin mayor preocupación: “Dije, ‘no tengo nada que ocultar’”.
Dice que estaba intentando ingresar con el pasaporte ecuatoriano, pero allí le pidieron que mostrara también el pasaporte estadounidense y le quitaron el teléfono. “Inmediatamente ya no tengo comunicación con nada, me llevaron a un cuarto, una habitación, y me hicieron preguntas: a quién vienes a ver, cuánto tiempo, qué vas a hacer…”.
Hasta ese momento, Estrella pensaba que se trataba de un procedimiento de rutina. Una hora y media más tarde, dice, le informaron que debían seguir con la entrevista en otro lugar.
Cuenta que tres personas que vestían uniforme lo subieron a un auto de policía, y recorrieron aproximadamente dos kilómetros. Luego el automóvil paró en el camino, lo esposaron y le pusieron una bolsa en la cabeza. Él pensó que era un asalto y que podían matarlo.
“En ese momento dije ‘esta gente lo que va a hacer es matarme, darme un tiro y matarme porque quieren robarme’”, dice. Sin poder ver, estima que siguió en viaje durante alrededor de veinticinco minutos. Luego lo entregaron a otra gente y lo subieron a un avión que despegó a los pocos minutos, donde dice que había más personas.
El vuelo duró unos 40 minutos: “Supe que iban a Caracas porque ese es lo que dura un vuelo a Caracas. Entonces dije, ‘por lo menos van a averiguar, todavía tengo la esperanza, van a averiguar lo que sea, me van a dejar ir y por lo menos no pagué el boleto a Caracas’”.
Estrella desconocía por completo que su libertad tardaría meses en llegar.
Al bajar del avión, cuenta que lo subieron a otro automóvil y lo trasladaron a un edificio, que -después supo- era de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela. Allí, dice, comenzaron los maltratos. Estuvo sentado en una silla sin poder moverse durante más de dos días. “Sin comida, sin ir al baño, sin hablar con nadie, sin hacer preguntas, sin decirte nada”, dice.
CNN consultó al ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, al igual que al ministerio de Relaciones Exteriores respecto de las condiciones de detención que señala Estrella. Hasta el momento no ha obtenido respuesta. En declaraciones públicas anteriores, funcionarios venezolanos han negado las acusaciones de abuso de detenidos estadounidenses.
Gonzalo Himiob, vicepresidente de Foro Penal, dijo a CNN días atrás que de acuerdo con sus datos, cinco extranjeros de ciudadanía estadounidense seguían detenidos en Venezuela. También hay decenas de extranjeros de otras nacionalidades detenidos, registra la ONG.
Estrella asegura que en el interior de la prisión era señalado como presunto “espía” y “mercenario” que viajaba al país por un presunto complot contra el Gobierno de Maduro.
En la mayoría de los casos, estas personas son etiquetadas como “mercenarios” o “terroristas” sin que existan pruebas sólidas que respalden tales imputaciones, detalló Foro Penal en un informe publicado en marzo. CNN consultó al fiscal general de Venezuela Tarek William Saab si Estrella y los detenidos enfrentan cargos formales y está a la espera de respuesta.
En oportunidades anteriores, el Gobierno de Maduro ha negado repetidamente las acusaciones de tortura y abusos contra los derechos humanos, a pesar de testimonios, pruebas y numerosos informes de organizaciones como Human Rights Watch y las Naciones Unidas. A partir de estos señalamientos, la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, lleva adelante una investigación en Venezuela por posibles crímenes de lesa humanidad.
CNN busca comentarios del Gobierno venezolano sobre las detenciones. Hasta el momento no ha obtenido respuesta.
El 13 de septiembre, cinco días después de estar detenido e incomunicado, a Estrella lo trasladaron a la cárcel el Rodeo I, una prisión de alta seguridad cerca de Caracas. Dice que le dieron un uniforme y lo encerraron en una celda junto a otros prisioneros. Él seguía sin saber por qué estaba detenido, mucho menos se imaginaba de qué se lo acusaba.
“Nunca tuvimos información de afuera ni nos dejaron hablar con nadie, ni saber por qué estábamos ahí, aunque preguntáramos”, dice.
En los últimos meses de 2024, las autoridades venezolanas detuvieron a ciudadanos estadounidenses y de otros países, a quienes acusaron de participar en presuntos planes para atentar contra el presidente Nicolás Maduro impulsados por Washington. El Gobierno del entonces presidente Joe Biden rechazó reiteradamente esos señalamientos.
Cuando lo interrogaron, dice Estrella, se sorprendió por la pregunta de si había viajado al país con la intención de matar a Maduro. Todo le resultaba irreal. “Las preguntas que hacían, que si vinieron a matar a Maduro, o a derrocar el Gobierno, o cosas así, eran cosas locas para mí”. Afirma que también le preguntaron acerca de otros dirigentes políticos, pero ni siquiera sabía quiénes eran la mayoría de ellos.
Estrella se enteró con detalles del motivo que daba el Gobierno de Venezuela para su detención y la de otros extranjeros tras recuperar la libertad, el 31 de enero de 2025, pero asegura que no enfrentó ningún proceso legal por esta detención.
“Al salir me entero que cuatro días después de haber sido detenido había habido un programa de televisión con Diosdado Cabello en Venezuela diciendo que nosotros éramos mercenarios, y que veníamos con armas a matar y a derrocar el Gobierno”, dice.
Pésimas. Así define Estrella las condiciones que tenía la prisión Rodeo I.
El tamaño de la celda era mínimo: lo describe de apenas dos pasos y medio por cinco. Sin baño, solo un hueco en el piso, el mismo piso donde dormían sobre una colchoneta de pocos centímetros. Estrella dice que tiene daños en los tendones de sus hombros por los desgarros que sufrió al dormir de lado, “porque si duermes de espalda, la espalda se te duerme y te salen llagas”.
Pero dice que además de las consecuencias físicas, para las que necesitará rehabilitación durante meses, también lo sucedido tuvo efectos en su salud mental. Durante esos casi cinco meses no los dejaban salir de la celda excepto para interrogarlos o cuando había algún problema, dice Estrella, al punto tal que llegó a sentirse más seguro estando allí dentro.
“Llega el punto en que te pierdes a ti mismo y empiezas a cuestionar, y te vuelves como los locos ahí dentro”, dice.
Su punto de quiebre fue cuando llegó la fecha de la boda de uno de sus hijos: “Yo no podía ir y él estaba esperando por mí”. En ese momento, su sostén fue el apoyo de los demás prisioneros. “Yo le decía a los muchachos ‘él me va a perdonar’, y decían, sí, está bien, quédate tranquilo”.
Con el paso de los meses, cuenta que los guardiacárceles pusieron papeles en las celdas con nombres falsos de ellos. Nunca les explicaron el porqué. También se leía en esos papeles las presuntas razones por las que estaban allí: “Decía procesado, y decía eres espía, espionaje”, dice sobre su detención.
Estrella se conmueve al hablar de cómo transitó el paso del tiempo en el encierro y de cómo, en esas semanas, empezó a perder la esperanza de volver a su hogar. “En todo momento pensamos que nos iban a limpiar, o sea, a matar. Porque, como ellos decían, ‘nadie sabe que tú estás aquí. Y nosotros podemos hacer lo que queramos contigo. Y nadie va a saber nada’”, cuenta. “Había gente que nunca la volvías a ver”, dice.
Incomunicado y sin acceso a un abogado, un llamado, o cualquier tipo de contacto con el exterior, Estrella asegura que no había indicios de que finalmente el 31 de enero sería el día en que dejaría la prisión junto a otros cinco detenidos.
“Nunca supimos que íbamos a salir”, dice. También cuenta que se enteró tras su liberación que habían enviado abogados que preguntaron por él en Rodeo I, y les dijeron que él no estaba allí. Foro Penal dijo anteriormente a CNN que los prisioneros extranjeros no habían tenido acceso a un abogado durante su reclusión.
“Prepárense, les vamos a dar un uniforme nuevo y los vamos a afeitar bien bonito”, fueron las palabras de los guardias. Dice que todos pensaron que se trataba de otra grabación para lo que llamaban “videos de propaganda”. A lo largo de su estadía, cuenta que el personal de la prisión les hizo grabar en ocasiones registros en lo que tenían que decir que estaban bien y que los alimentaban.
Pero ese día los seis regresarían a sus hogares.
El Gobierno de Venezuela ha negado reiteradamente las acusaciones de abuso y torturas. En una entrevista meses atrás con el canal VTV, Tarek William Saab aseguró que los detenidos estadounidenses “fueron tratados con dignidad, como corresponde”. Califica además las acusaciones de violaciones de derechos humanos de “narrativa falsa y fatua”.
Un portavoz del Departamento de Estado declaró a CNN que siguen buscando la liberación de ‘todos los estadounidenses’ arrestados ‘por el régimen de Venezuela’”.
“Es inaceptable que el régimen haya arrestado y encarcelado a estadounidenses en circunstancias cuestionables y sin respetar sus derechos”, declaró un portavoz del Departamento de Estado. Y agregó que “todos los estadounidenses detenidos injustamente por el régimen de Maduro deben ser liberados de inmediato”.
Ahora desde el interior de su casa, Estrella muestra a CNN la foto de él y los otros cinco ciudadanos estadounidenses en un avión. Los seis tienen una sonrisa en el rostro. Están junto a Richard Grenell, enviado especial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el día de la liberación.
La imagen fue tomada el 31 de enero pasado, tras la reunión que sostuvieron Grenell y el presidente Maduro en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas. Maduro dijo que se trató de una reunión “franca, abierta y positiva”. Luego del encuentro, Caracas accedió a aceptar a los inmigrantes venezolanos deportados de Estados Unidos y a liberar a seis de los estadounidenses detenidos.
“Este fue el momento en que ya pudimos desahogarnos la presión”, dice. “Aquí como que desinflamos, porque estábamos seguros que ya estábamos en el avión y que debíamos estar libres”.
Antes de su reclusión, Estrella trabajó como científico en compañías farmacéuticas. Pero ahora se enfoca en su recuperación.
Sus hijos Natasha y Samuel dicen a CNN que la ausencia de su padre fue muy estresante porque no sabían nada de su paradero, mucho menos cómo podían ayudarlo. Aún les cuesta creer que regresó a salvo. “Es casi como tener un fantasma en casa, pero en el buen sentido, como si hubiera vuelto de entre los muertos”, dice Natasha.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.