El Partido Laborista retiene el poder en Australia y el líder conservador pierde un escaño, según proyecciones
Por Hilary Whiteman y Angus Watson, CNN
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se aseguró este sábado un segundo mandato en lo que parece ser una derrota electoral aplastante para el líder del Partido Liberal, ya que los votantes optaron por la estabilidad sobre el cambio en un contexto de agitación mundial provocado por el regreso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la Casa Blanca.
El Partido Laborista de Albanese parece en el camino de conseguir la mayoría, y mientras los votos aún se estaban contando, los primeros resultados mostraron un fuerte giro hacia su partido de centroizquierda, según las proyecciones de la cadena nacional ABC y Sky News, afiliada a CNN.
El líder del Partido Liberal, Peter Dutton, quien esperaba terminar la noche como primer ministro, perdió el escaño de Brisbane, un suburbio de las afueras, que ha ocupado durante más de 20 años, poniendo fin a una noche brutal para el veterano político que ocupó puestos importantes en el último gobierno de coalición.
La victoria laborista convierte a Albanese en el primer primer ministro australiano en ser reelegido en dos décadas, desde John Howard en 2004.
El regreso de un Gobierno de izquierdas a Australia se produce tras un giro similar de Canadá hacia el Partido Liberal de Mark Carney.
Si bien Australia no se enfrentaba a las mismas amenazas a su soberanía que Canadá, los aranceles globales y los cambios de política de Trump han socavado la confianza de los australianos en Estados Unidos, según encuestas recientes.
Dutton había comenzado la campaña de cinco semanas con el pie derecho. Sin embargo, los analistas afirman que sus posibilidades se vieron gravemente perjudicadas por los errores y los cambios de rumbo de sus políticas, y lastradas por el enfoque demoledor de Trump respecto al orden global.
En cambio, el Partido Laborista de Albanese demostró firmeza, adoptando un tono duro en respuesta a la decisión de Trump de imponer aranceles del 10 % a Australia, que posteriormente se suspendieron, según los analistas.
Tras el anuncio de Trump el 2 de abril sobre el “Día de la Liberación”, Albanese convocó una conferencia de prensa y, acompañado por sus ministros de Asuntos Exteriores y de Comercio, declaró: “Esto no es un acto amistoso”.
En contraste, a Dutton le costó librarse de las comparaciones con Trump por parte de sus oponentes.
Durante la campaña, la senadora a la que nombró ministra en la sombra para la eficiencia gubernamental declaró que quería “hacer que Australia volviera a ser grande”.
Jacinta Nampijinpa Price admitió posteriormente que no se había dado cuenta de lo que había dicho. Al preguntársele este sábado si las comparaciones con Trump habían perjudicado a Dutton, Price respondió: “Si se lanza suficiente lodo, se pega”.
La capacidad de los candidatos para tratar con el presidente estadounidense había sido un tema de conversación durante la campaña. A pesar de las críticas por su incapacidad para hablar por teléfono con Trump, Albanese afirmó haber mantenido conversaciones “cálidas” en el pasado y que no veía motivos para desconfiar de él. Canberra sigue siendo un firme aliado de Washington, a pesar de la amenaza arancelaria de Trump.
En los últimos tres años, a Albanese se le atribuye la mejora de las relaciones con China, lo que llevó a la eliminación de los aranceles impuestos durante el mandato de su predecesor. Su Gobierno también ha reparado las relaciones con las naciones insulares del Pacífico, en parte para evitar que Beijing llenara un vacío de liderazgo. En cuanto a las relaciones exteriores, ha prometido más de lo mismo.
El Gobierno de Albanese ha sido ampliamente criticado por no ser lo suficientemente agresivo en sus esfuerzos por controlar el aumento del coste de la vida, desde las facturas de la compra hasta los precios de la vivienda. Durante su segundo mandato, prometió aliviar la presión del coste de la vida tras un largo período de alta inflación, ofrecer una rebaja de impuestos y un alivio a corto plazo del aumento de las facturas de energía, y construir 1,2 millones de viviendas para paliar la crisis inmobiliaria.
Andrea Carson, profesora de Comunicación Política en la Universidad La Trobe de Melbourne, dijo que el desempeño de Albanese ha disminuido debido a que le ha tocado gobernar en un momento difícil, “tras la pandemia de covid-19, en tiempos de austeridad”.
“Un entorno de alta inflación, que también han experimentado otras economías desarrolladas, limita la capacidad de un Gobierno para implementar esas grandes reformas estructurales”, declaró Carson.
Albanese aprovechó la campaña para comunicar a los votantes que su país había superado la crisis y que la inflación y las tasas de interés habían bajado. Parece haber funcionado, ya que los votantes respaldaron las propuestas del Partido Laborista para el aumento del coste de la vida frente a las propuestas por la oposición.
La derrota del Partido Liberal significa que el plan de Dutton de construir siete centrales nucleares no avanzará. En cambio, el próximo mandato de Albanese presenciará el rápido y continuo despliegue de proyectos de energía renovable, lo que ha indignado a algunos votantes rurales.
Algunas comunidades dicen que los proyectos energéticos industriales –parques solares, eólicos e instalaciones de baterías– están destruyendo el hábitat forestal y la calidad de vida que antes disfrutaban. El Gobierno pretende reducir las emisiones de carbono en un 43 % para 2030 y hasta la fecha dice que ha aprobado suficientes proyectos de energía renovable para abastecer a 10 millones de hogares.
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