Milei, entre dos fuegos: ¿cómo ser leal a EE.UU. sin enfurecer a China?
Análisis de Emiliano Giménez, CNN en Español
El presidente de Argentina, Javier Milei, tiene una certeza: necesita a la vez de Estados Unidos y de China, en un contexto donde las dos potencias profundizan su disputa de espacios e influencia a lo largo del planeta.
“Quizá, de alguna manera”, respondió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la pregunta de si el mundo deberá escoger entre su país o China. Este límite, que puede ser problemático a escala global, para Argentina representa un desafío particular, porque debe elegir entre el principal aliado del gobierno de Milei (Estados Unidos) y su segundo socio comercial (China), con quien mantiene además préstamos que son clave para robustecer las reservas netas del Banco Central de Argentina, que atravesaron gran parte de los últimos años en terreno negativo.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China suma cotidianamente capítulos y se ha convertido en un asunto de escala mundial, con ambos países pulseando geopolíticamente y generando un contexto que empieza a transformarse en una presión para todos los países.
Argentina reúne algunas condiciones que la ponen en un lugar incómodo ante la posibilidad de abandonar a China para contentar a Trump. Una de ellas es que Milei es uno de los principales aliados del Gobierno de Estados Unidos en América del Sur. Esa relación se alimenta de gestos constantes y elogios mutuos. Milei ha viajado 10 veces a Estados Unidos desde que es presidente, siendo el país que más ha visitado. Durante su campaña para llegar al gobierno, no dudó en afirmar: “Mis aliados internacionales son Estados Unidos e Israel”. Sabida es también su cercanía con el magnate y jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental, Elon Musk, a quien ha evangelizado en la importancia de la “motosierra”, símbolo de los recortes del gasto público que ambos han implementado en sus respectivas administraciones.
Trump dice que el presidente de Argentina es su amigo. En las últimas horas, el jefe del Comando Sur, el almirante Alvin Holsey, visitó el país y se reunió con Milei en su despacho, con el objetivo de afianzar la cooperación militar entre ambos países. Al día siguiente, viajó al sitio más austral del mundo: la ciudad de Ushuaia, un enclave estratégico por su cercanía con la Antártida y sus recursos naturales.
El vínculo no se reduce al plano militar. Trump envió hace unas semanas a Argentina al secretario del Tesoro, Scott Bessent, justo en momentos en que el país necesitaba apoyo en los tramos cruciales de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un préstamo de US$ 20.000 millones.
El gobierno anunció el pasado 11 de abril el fin de las restricciones cambiarias para personas físicas, una vuelta a la normalidad para la mayoría de los argentinos que ahora pueden vender y comprar dólares a través del mercado oficial, una posibilidad por la que esperaron casi seis años.
Todos esos gestos de Estados Unidos nutren una alianza con la que Milei comulga fielmente, más allá de la presencia de Trump en la Casa Blanca. Pero, como se dijo, la primera potencia mundial ya no solo insinúa su deseo de cobrar exclusividades por esa sinergia.
En entrevista con Bloomberg, Bessent aseguró que espera que Argentina pueda pagar el swap con China, una línea de crédito vigente desde 2009 que representa un respaldo del gigante asiático a las reservas argentinas. “Tienen un swap de crédito de US$ 18.000 millones en yuanes. Creo que, a medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo. Lo que intentamos evitar es lo que ha ocurrido en el continente africano, donde China ha firmado varios acuerdos rapaces que se presentan como ayuda, donde se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a los balances de estos países”, señaló el funcionario de Estados Unidos.
La respuesta de China no se hizo esperar. En un comunicado difundido por la Embajada de ese país en Argentina, manifestó su “categórico rechazo a las maliciosas difamaciones y calumnias” realizadas por el secretario del Tesoro de EE.UU. durante su visita a Argentina el 14 de abril. El cuerpo diplomático aclaró además que “es falsa la afirmación sobre los acuerdos calificados como rapaces y las supuestas grandes cantidades de deuda en las que ha incurrido la República Popular China. Lo que sí es verdad es que algunas personas con motivos encubiertos están intentando sembrar discordias en las relaciones sino-argentinas y sino-africanas”. En el mismo escrito, China critica a Estados Unidos por su supuesto sabotaje a la asistencia que el gigante asiático les presta a países en vías de desarrollo del sur global y reafirma su cooperación con Argentina en diversos ámbitos, así como también con el resto de América Latina.
El vínculo con Argentina no se reduce al swap. China es su segundo socio comercial, según datos oficiales de marzo de 2025, últimas estadísticas disponibles. Ese mes, Argentina exportó a China mercancías por US$ 276 millones e importó de ese destino por US$ 1.331 millones, 86% más que un año atrás. En lo que va del año, China ocupa el primer lugar de procedencia acumulada de importaciones.
Por todo esto, para Argentina sería un problema aislarse de China para mantener su alianza con Estados Unidos, pese a que el propio Milei dijo durante la campaña que lo llevó a la presidencia de que “nunca haría negocios con comunistas”, para referirse a China, entre otros países.
Para América Latina, hacer negocios con Estados Unidos hoy es más difícil, porque en el marco de su guerra comercial Trump impuso un arancel “recíproco” mínimo del 10% para las exportaciones de todos los países de la región ―excepto Venezuela y Nicaragua, que tributarán un porcentaje mayor, si estos entran en vigor completamente.
La crítica de China a las declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense no abordó qué tendría Argentina que hacer frente a esta encrucijada.
La directora de la Cámara Argentino-China, Alejandra Conconi, recuerda que ya van 11 años desde la firma de la asociación estratégica integral: “Este es un estatus que China les da a países que tienen una relación clave. Eso no va a cambiar. Argentina ha sido la puerta de entrada para muchos negocios en la región. Hoy tenemos muchísimo desarrollo en telecomunicaciones, en 5G, que viene a través de cooperaciones entre públicos y privados. La historia demuestra que han surgido muy buenos resultados de esta alianza estratégica y complementaria que hay entre nuestros países”.
El politólogo argentino Julio Burdman valora también la alianza con China y señala: “Trump no puede impedir el relacionamiento de Argentina con China”. Apunta que tampoco el país puede prescindir de su alianza con Estados Unidos y otros actores económicos importantes, como Brasil. “El riesgo es que China comience a actuar en espejo con Estados Unidos, dándoles acuerdos preferenciales a sus amigos, y que Argentina quede fuera de esa oleada por su alianza con Estados Unidos”, sostiene Burdman.
Para eso, habrá que esperar a los próximos capítulos. Milei se mantiene firme en su calidad de aliado de Estados Unidos, pero no ha roto puentes con China.
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