Trump suena totalmente serio sobre postularse para un tercer mandato, sin importar lo que diga la Constitución
Análisis de Zachary B. Wolf, CNN
Escuchar al presidente Donald Trump es a menudo un ejercicio para medir si habla en serio o no.
¿Habla en serio acerca de los aranceles que podrían llevar a la economía estadounidense a una recesión? Sabremos más esta semana.
¿Habla en serio acerca de proteger el Seguro Social y Medicare? Podría depender de su definición de “desperdicio, fraude y abuso”.
No hay duda, sin embargo, de que Trump “no está bromeando” como dijo a NBC News en una entrevista telefónica este domingo, cuando habla de postularse para un tercer mandato.
Esto es a pesar de lo fantástico que parece que un presidente podría ignorar la 22ª Enmienda y todos los obstáculos para cambiar el límite constitucional de dos mandatos.
“Hay métodos”, dijo Trump, para postularse por un tercer mandato, pero no ahondó en eso.
Ha hablado sobre un tercer mandato repetidamente, pero nunca antes había sonado tan serio.
“Nos quedan casi cuatro años y es mucho tiempo, pero a pesar de eso, tantas personas están diciendo ‘Tienes que postularte de nuevo’”, les dijo a los reporteros en el Air Force One este domingo. “Les encanta el trabajo que estamos haciendo”.
Aunque postularse para un tercer mandato es claramente inconstitucional, si hay algo que Trump nos ha demostrado es que puede normalizar cosas que no parecen posibles.
Después del motín del 6 de enero en el Capitolio, Trump fue tratado como un paria por los legisladores republicanos. Ahora está en la cúspide de su poder.
“No subestimes la disposición de Donald Trump no solo para socializar lo impensable en la política estadounidense, sino realmente para actuar en consecuencia”, dijo Susan Glasser, escritora de The New Yorker y autora de un nuevo libro que documenta el ascenso del presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante una aparición en “Inside Politics” de CNN.
Cuando a Putin se le prohibió por ley rusa servir un tercer mandato consecutivo, se convirtió en primer ministro del país, pero se piensa ampliamente que mantuvo el control del gobierno bajo el entonces presidente Dmitry Medvedev.
Trump ha observado a otros líderes mundiales escapar de los límites de mandato, incluido el chino Xi Jinping, a quien Trump ha mencionado admirativamente como “presidente de por vida” de China. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se acerca a evadir los límites de mandato y su principal rival fue arrestado.
“Lo realmente notable aquí es la disposición a desatender la ley, a poner a prueba las normas básicas de la gobernanza establecida”, dijo Glasser sobre el aparente deseo de Trump de permanecer en el cargo.
El representante Dan Goldman, demócrata de Nueva York, intentó y fracasó en hacer que sus compañeros legisladores votaran el año pasado antes de que Trump asumiera el cargo, aclarando que Trump solo podría servir dos mandatos.
Goldman dijo en un comunicado que ahora ve las múltiples “acciones sospechosas constitucionalmente” de Trump, que conducen a un esfuerzo por permanecer en el cargo.
“Los republicanos están librando un ataque total contra el poder judicial para despejar el camino para que Trump sirva un tercer mandato”, dijo.
Gran parte de la política del segundo mandato de Trump se basa en una estrategia de poner a prueba el poder presidencial, incluso cuando viola el lenguaje claro de la Constitución, como el que otorga al Congreso poder sobre el gasto o garantiza la ciudadanía por derecho de nacimiento. Un esfuerzo por postularse nuevamente encajaría fácilmente junto con otros desafíos constitucionales.
El historiador presidencial de CNN, Tim Naftali, señaló en CNN que Trump utiliza como una herramienta política para obtener concesiones de otros países y presionar a universidades, bufetes de abogados y legisladores.
Esto tiene cierto sentido. Una vez que la conversación se dirige a lo que viene después de Trump, él perderá influencia y poder. Hay una razón por la cual los presidentes que se acercan al final de sus mandatos son llamados patos cojos. Aún queda mucho del segundo mandato de Trump, y querrá mantener el impulso el mayor tiempo posible.
Pero también es cierto que Trump intentó usar teorías inconstitucionales para permanecer en el cargo antes, cuando presionó al entonces vicepresidente Mike Pence para rechazar los votos electorales.
Trump no es la única persona que habla sobre un tercer mandato. Stephen Bannon, un acólito temprano de Trump que trabajó como estratega principal en su primer mandato y luego pasó meses en prisión por negarse a testificar ante la Comisión del 6 de enero de la Cámara de Representantes, ha dicho que hay una consideración activa sobre cómo hacer que un tercer mandato de Trump sea posible.
“Soy un firme creyente de que el presidente Trump se postulará y ganará nuevamente en 2028”, dijo Bannon a Chris Cuomo de NewsNation en marzo. “Un hombre como este aparece una vez cada siglo, si tenemos suerte”, agregó Bannon.
Cuomo preguntó cómo, dado lo que indica la Constitución, podría ocurrir un tercer mandato de Trump.
“Estamos trabajando en ello”, dijo Bannon. “Creo que tendremos un par de alternativas. Digamos eso”.
Considera que Estados Unidos se encuentra en medio de una “reestructuración tipo 1932”, una referencia al comienzo del New Deal y la creación del estado administrativo por parte de FDR que Bannon y Trump están tratando de desmantelar.
Bannon no respondió a una solicitud de actualizaciones este lunes sobre cuáles podrían ser estas alternativas.
Mientras tanto, ya ha habido bastante conjetura sobre cómo un presidente podría intentar permanecer en el cargo. Aquí hay algunas ideas, todas las cuales tienen fallas importantes:
Hemos escrito antes que la 22ª Enmienda es bastante clara. Sin reiterar todo ese argumento, basta con mirar la primera línea de la enmienda, que dice: “Ninguna persona será elegida para el cargo de presidente más de dos veces”.
Modificar esa enmienda sería casi imposible, al requerir el acuerdo de 38 estados.
“El presidente Trump no tiene las cartas constitucionales”, dijo Naftali.
Bannon está entre aquellos que buscan encontrar fallas en el lenguaje relativamente simple, argumentando que quizás no debería aplicarse a Trump ya que no sirvió mandatos consecutivos, aunque no hay tal exención en la enmienda.
La idea básica aquí es que el vicepresidente J. D. Vance o algún otro seguidor dispuesto se postularía para presidente en lugar de Trump, con Trump como su compañero de fórmula. Vance o quien se postule como presidente luego renunciaría, permitiendo que Trump se convierta en presidente.
El problema principal es que la 12ª Enmienda establece claramente que “ninguna persona que sea constitucionalmente inelegible para el cargo de presidente será elegible para el de vicepresidente de Estados Unidos”.
Trump, quien ha sido elegido dos veces, es constitucionalmente inelegible.
Dado que no puede postularse para vicepresidente, tal vez Trump podría ser nombrado presidente de la Cámara de Representantes, asumiendo que los republicanos la controlen en 2029, y luego tanto el presidente republicano como el vicepresidente, suponiendo que un republicano gane las elecciones de 2028, podrían renunciar, permitiendo que Trump se quede en la Casa Blanca.
Estamos profundamente en el terreno de lo hipotético aquí, y estos escenarios requieren un acuerdo total de los republicanos en el Congreso.
El representante republicano Ryan Zinke, que representa a Montana en la Cámara de Representantes y fue secretario del Interior durante el primer mandato de Trump, sugirió a Pamela Brown de CNN este lunes que se opondría a cambiar la Constitución para acomodar un tercer mandato de Trump.
“Me gusta tal como está escrito, y creo que a la mayoría de los estadounidenses también”, comentó Zinke.
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